viii
El avoráculo
viii
Los propósitos
Los propósitos, esa lista de objetivos optimistas que escribimos con la esperanza de que el espíritu de Año Nuevo nos ayude a ser mejores personas.
Este año, el gimnasio ya no será solo ese lugar desconocido que está cerca de donde aparcas el coche. No, señor, este año será tu segundo hogar, el templo donde tu cuerpo experimentará una transformación digna de Wonder Woman o de Superman.
¿Hablamos de comida? Adiós a esa relación tóxica y dependiente que tienes con las patatas fritas y el chocolate. Este año, tu relación con las verduras será más íntima que la de Romeo y Julieta. ¡Nada de excusas! Serás el rey de las ensaladas, la reina del batido verde.
Por supuesto, no olvidemos el propósito de aprender algo nuevo. Este año, vas a desafiar a tu cerebro más allá de intentar recordar dónde has dejado las llaves. Este año vas a… ¡aprender inglés de una vez por todas! Así evitarás hacer un Ana Botella (ya sabes, relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor) cada vez que un turista te pregunte por la catedral de tu ciudad.
Y ahora, volviendo a la realidad… todo lo de arriba era broma. Tú y yo sabemos que pagarás la matrícula del gimnasio, comprarás libros de recetas saludables y un curso online de inglés, pero la única maratón que harás será de cañas y los únicos verbos que conjugarás serán «beber» y «sentarse».
¡Feliz año!
Los propósitos, esa lista de objetivos optimistas que escribimos con la esperanza de que el espíritu de Año Nuevo nos ayude a ser mejores personas.
Este año, el gimnasio ya no será solo ese lugar desconocido que está cerca de donde aparcas el coche. No, señor, este año será tu segundo hogar, el templo donde tu cuerpo experimentará una transformación digna de Wonder Woman o de Superman.
¿Hablamos de comida? Adiós a esa relación tóxica y dependiente que tienes con las patatas fritas y el chocolate. Este año, tu relación con las verduras será más íntima que la de Romeo y Julieta. ¡Nada de excusas! Serás el rey de las ensaladas, la reina del batido verde.
Por supuesto, no olvidemos el propósito de aprender algo nuevo. Este año, vas a desafiar a tu cerebro más allá de intentar recordar dónde has dejado las llaves. Este año vas a… ¡aprender inglés de una vez por todas! Así evitarás hacer un Ana Botella (ya sabes, relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor) cada vez que un turista te pregunte por la catedral de tu ciudad.
Y ahora, volviendo a la realidad… todo lo de arriba era broma. Tú y yo sabemos que pagarás la matrícula del gimnasio, comprarás libros de recetas saludables y un curso online de inglés, pero la única maratón que harás será de cañas y los únicos verbos que conjugarás serán «beber» y «sentarse».
¡Feliz año!